Críticas

Desde el 2000 su producción recoge el inmenso reto que la tecnología ofrece a los artistas e innova una vez más. Respondiendo a las tendencias posmodernistas, con su sincretismo y libertad en el uso de instrumentos expresivos que se suman a la utilización de medios gráficos de avanzada , la artista se apropia de la fotografía. Ésta sirve de fundamento para un exhaustivo trabajo en que la computadora, con sus programas Photoshop y Zbrush , es utilizada como un lápiz o un pincel electrónico. Gracias a su experiencia como dibujante y grabadora logra restaurar, intervenir y recrear estéticamente una colección de viejas fotografías , durante un proceso de largo aprendizaje y de intensa creatividad que abarca los últimos siete años de su producción.

La exposición “Memoria Digital” recoge, en 2002, parte de esta producción, anticipando a la crítica y a su público que la trayectoria de la artista continúa fiel a su temática, en aquella continuidad ideal que exige la honestidad artística. En un proceso cada vez más profundo de interiorización, sus nuevos instrumentos técnicos llevan al mismo hilo conductor de toda su obra: su vida, ahora mediante la reminiscencia y la representación de lo que ella misma señala como” el laberinto de mi memoria “. Se confirma lo sentenciado por Marta Rodríguez, cuando, décadas atrás, afirmaba: “En su obra , arte y vida convergen en íntima unión . Su trabajo es de carácter de confesión y testimonio que es una elongación de su ser, de su condición y de su particular circunstancia” (1988, Rodríguez).
Una ilación temática linealmente continuada, representada figurativamente por ella misma y por aquellos personajes que la circundan en su presente o la circundaron en su memoria del pasado.

Esta colección de fotos intervenidas y recreadas estéticamente son confesiones de la artista, quien lleva al espectador hacia la visión introspectiva de su vida, con ilustraciones vívidas y líricas de los personajes que la acompañaron o acompañan en su caminar. Una obra de carácter autobiográfico, intimista, en que sus páginas sucesivas son testimonios secuenciales de un pasado y un presente que identifican fragmentos revividos de una experiencia vital.

“Memoria Digital” recoge, como estructura de fondo, a los personajes que estructuran esta experiencia vital, identificados por las fotografías del acervo de la artista. Sin embargo estas fotos representan únicamente una parte de la realidad figurativa, aunque sirvan de fundamento para la creación. Gracias a la intervención del lápiz o pincel electrónico, mediante la manipulación digital, la artista deconstruye y reconstruye esta realidad, reinterpretando subjetivamente los motivos que le sirven de inspiración. Consigue, mediante el uso de su experimentado dibujo, enriquecer estas figuras por un fuerte juego de líneas en movimiento, logrando aquel dinamismo que las representan como pasado y presente en la incorporación de un mismo espacio. Gracias al dominio de la composición, configura narraciones verdaderas y auténticas de la vida de los personajes representados, en que no faltan características psicológicas y subjetivas de los mismos, en una íntima representación de este análisis humano a que la artista se dedica, algunas veces, con ternura, otras, con melancolía y, también, con ironía. Es un tiempo rememorado en que, sin límites en el espacio representado, se dan pasado y presente de lo revivido, se unen alegrías y tristezas, se suman realidades vividas y fantasías revividas por el dibujo de la artista que une el todo en un proceso lírico de altos valores estéticos. A la realidad se suma la imaginación y a ésta se acopla la honda percepción crítica, produciéndose testimonios expresivos de una experiencia vital que Alicia Viteri trae a la presencia del espectador.

“Memoria Digital”, en su sucesión de testimonios cumple ampliamente con lo que el estudioso y crítico de arte, Lionello Venturi, demanda de la obra de arte moderna: que ésta , en su realidad dinámica, nos hable de una nueva interpretación estética que “ obliga destruir la significación del sujeto para rendirla poesía, en que la pureza estética es la fuga perdida de las sombras que dejan transparentar lo irreal. Un supremo valor casi inaccesible. Una presencia fugitiva, un carácter suspendido, el nacimiento de un mundo feérico, fértil en sorpresas que el arte moderno descubre en sensaciones visuales puras y diferenciadas”

Angela de Picardi

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Alicia en el país de Villegas

Si puede decirse que hay algo nuevo en el arte, esa novedad la presentaron anoche el Centro Cultural Gabriel García Márquez, del Fondo de Cultura Económica, y Villegas Editores. 'Memoria digital', de Alicia Viteri, se llama el libro que recoge una originalísima concepción artística -ignoro si en otras partes del mundo existen trabajos similares- posmodernista, surgida de las nuevas tecnologías, que ahora le brindan al cerebro creador todas las posibilidades para innovar o repensar el arte. 

Ángela de Picardi, en el prólogo sugestivo que sirve de recuento muy completo de la vida y la obra de Alicia Viteri, dice: "Desde el año 2000, su producción recoge el inmenso reto que la tecnología ofrece a los artistas e innova una vez más. Respondiendo a las tendencias posmodernistas, con su sincretismo y libertad en el uso de instrumentos que se suman a la utilización de medios gráficos de avanzada, la artista se apropia de la fotografía. Esta sirve de instrumento para un exhaustivo trabajo de la computadora; con sus programas (en plataforma Macintosh) Photoshop y Zbrush, es utilizada como un lápiz o un pincel electrónico. Gracias a su experiencia como dibujante y grabadora, logra restaurar, intervenir y recrear estéticamente una colección de viejas fotografías, durante un proceso de largo aprendizaje y de intensa creatividad, que abarca los últimos siete años de su producción".

No se vaya a pensar que aquí el trabajo lo hacen el Photoshop o el Zbrush. Esos no son más que instrumentos posmodernos, sucesores del viejo pincel, que le sirven al cerebro del artista para darles vida a sus pensamientos.

La 'Memoria digital' de Alicia Viteri será una innovación artística tan importante como la que hizo en su momento Andy Warhol con el 'pop art'. Sin embargo, mientras que la genialidad de Warhol agotó  la posibilidad de que el 'pop art' se prolongara en el tiempo, y su obra quedó  única e irrepetible, la de Alicia Viteri (que podríamos bautizar Photoshop Arte o Mac Arte) es la precursora maravillosa en el empleo de una herramienta nueva, que alimentará a varias generaciones de artistas.

Estamos en realidad ante las puertas de un renacimiento en el arte, propiciado por la tecnología. Quién sabe qué cosas extraordinarias veremos o verá el mundo en unos años, cuando las gamas infinitas de la nanotecnología se apliquen de lleno a la creación artística.

Alicia Viteri es una veterana en el reino encantado del arte. Nacida en Pasto en 1946, vive en Panamá desde hace treinta y cinco años, donde ha ejercido su oficio de artista y profesora, y donde la quieren, la admiran y la han llenado de honores.

El libro 'Memoria digital' nos enseña lo que el talento humano puede lograr con el uso de los pinceles posmodernos. Alicia ha tomado 53 fotografías viejas y ha hecho con ellas una obra de arte asombrosa, que asimila la fotografía (precursora del modernismo) con la técnica digital (precursora del posmodernismo) y con esa amalgama histórica produce unos cuadros de efecto indescriptible.

El que quiera tener de ellos una idea precisa, captarlos y capturarlos, deberá apelar al libro publicado por Villegas Editores. De paso diré que el libro en sí mismo es una joya editorial. Nadie espera menos de Benjamín Villegas, pero él se las arregla siempre para superar las expectativas. La edición de 'Memoria digital' es deslumbrante y... ¿para qué decir más? Felicitaciones para Villegas Editores por un aporte de tamaña importancia a la historia del arte; para el equipo que acompaña a Benjamín en su inconmensurable aventura, Carolina Jaramillo Seligman, coordinadora editorial; Stella Feferbaum, revisora de estilo, y Jessica Martínez Vergara, directora del Departamento de Arte; felicitaciones también al Centro Cultural Gabriel García Márquez, del Fondo de Cultura Económica, por el espléndido lanzamiento que hizo de 'Memoria digital'.

En estos días de crisis, en que el obsoleto gobierno neoliberal, con su clásica carencia de imaginación sólo piensa en hacer economías recortándole los recursos a la cultura, todo esfuerzo de los heroicos luchadores del espíritu y del intelecto por salvarnos de la mediocridad merece los aplausos más estruendosos y vibrantes.

 

Enrique Santos Molano
EL TIEMPO. Bogotá

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Alicia Viteri y su Memoria Digital.

Una vez más Alicia Viteri innova en el escenario plástico panameño, con la presentación de “Memoria Digital”, una serie de fotos personales – verdadero registro de historias íntimas – trabajadas mediante métodos computacionales que propician una valiosa creatividad en la reconstrucción del diseño, de la composición y del color, formando una galería de imágenes expresivas de la individualidad de esta artista, en que la fotografía y la impresión son meros instrumentos de una creación artística de avanzada.

Después de promover, en los setenta, la técnica del grabado; luego de adherirse, en los ochenta, a novedosas técnicas audiovisuales, con su instalación “Espacios Pictóricos”; y tras una larga pausa, en los noventa, dedicada - en un proceso de reflexión e interiorización - a la luz y al color de la naturaleza, Alicia Viteri retoma, con esta muestra, su puesto de mujer- artista de vanguardia, por la innovación técnico-estilística y por los valores expresivos presentes en esta serie de imágenes impresas que forman su “Memoria”. Una visión reveladora e íntima de pequeños hechos de su vida, de vívidas relaciones personales y de momentos impregnados de un tiempo rememorado.

Como contrapunto a la foto que se constituye en el foco de interés de estas creaciones, la artista compone sus imágenes, destruyendo y reconstruyendo las figuras o siluetas de sus personajes, circundándolos ora de diminutas fotos en frisos, ora de detalles narrativos, cuando no de diseños o trazos abstractos, formando conjuntos estilísticamente complejos que se insertan en un fondo de intensos colores, representativos de una naturaleza exuberante y vital.

Como toda obra de madurez y plenitud creativa, “Memoria Digital” no es más que la suma ideal de aquellas múltiples etapas de intensa búsqueda técnico-estilística en su evolución artística. Marca una perfecta continuidad en el estilo y, especialmente, en la temática de esta artista, que se ha caracterizado por la indagación constante y profunda de lo humano, enfocada, ahora, hacia sí misma y hacia sus etapas de crecimiento y realización personal. Así, registrando instantes de su vida y reteniéndolos en expresiva comunicación con el espectador, surgen la niña de mirada inquisitiva y de facciones serenas, la inquieta e irreverente adolescente, la graduanda ensombrecida por frisos obscuros y amenazadores de siluetas monjiles, la mujer adulta y plena que ilumina, mediante grises brillantes, el ambiente circundante, y la Alicia actual, siempre irónica sino cáustica en su análisis social o introspectivo, “Caracoleando” o cocinándose al fuego vivo de una “Olla Grande” o, aún, angustiosamente transformada en retorcidos óvalos- “Como el Huevo” – que recuerdan sus grabados en pesimistas visiones del hombre. Sin embargo lo que prevalece en este recuento de una vida es la belleza lírica de esta eterna y significativa relación íntima entre la artista y su madre, su padre y su hermano, en un intento de unir tiempo y espacios vitales en un solo ser significativo y revelador.

A esta continuidad temática se suma la fidelidad de la artista hacia sí misma, renovándose y, al mismo tiempo, revitalizando un estilo. Los espectadores que la han seguido en su evolución, podrán señalar y rememorar en las imágenes actuales aquellas características inherentes a una tendencia estilística propia. Ahí están – en “Torso Árboles Grandes”- sus ensombreradas con las angustiosas facciones humanas iluminadas, ahora, por los ojos de una niña feliz; ahí están líneas luminosas en fuga – en “Tetero” – que hablan de la capacidad expresiva de su diseño; o esquemas lineales y compositivos- como en “Payaso Grande” – que denotan aquella capacidad, en una economía de elementos, de sugerir el paisaje montañoso donde ha crecido, evocado entre las figuras de sus padres que lo complementan líricamente. Y está el color en funciones estético- expresivas de valores intensos, trabajado minuciosamente por pigmentaciones de tonos vibrantes y contrastantes, en una plena afirmación que su fase anterior, dedicada a la naturaleza, no ha sido - como en toda su evolución artística – más que una preparación, una fase de transición hacia la creación de estas imágenes de su memoria.

“Memoria Digital” se revela así un proyecto estético novedoso, elaborado durante un largo período de tiempo, en que Alicia Viteri recrea retratos, compone sofisticadas imágenes y revela profundidades humanas.

La realidad, la imaginación y la memoria melancólica se condensan en un complejo proceso de expresividad poética que se despliega ante el espectador por la fuerza sugerente y lírica de lo ideal estético.

 

Angela de Picardi.
Critica e Historiadora de Arte